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Ballenas atropelladas por barcos

En 2002, yo estaba en el norte de la isla de Vancouver. Hice una salida con Stubbs Island, la primera empresa que ofreció observación de orcas y cetáceos en general, en la Columbia Británica. La salida (por aquel entonces, eran de un mínimo de 5 horas) iba muy bien, cuando de repente el capitán vio un par de ballenas jorobadas (yubartas). Eran las primeras que veía ese verano, solamente habían visto algunas por primera vez el año anterior. Eran los frutos de las leyes de protección de las ballenas, y después de muchos años, volvían a sus rutas de migración tradicionales. La aprobación de normas de observación (mantener distancia, apagar motores...) por parte de las autoridades de la Columbia Británica, en la que ellos habían participado activamente presionando a los representantes políticos, estaba dando sus frutos.

Han pasado más de 20 años, y Stubbs Island ya no existe, se jubilaron y vendieron la empresa. Este último mes de julio, se han producido tres "atropellos" de jorobadas, que han causado la muerte de las ballenas. Tres grandes barcos se han llevado por delante a tres yubartas. Uno de los barcos era un crucero. El segundo (parece ser, falta de confirmación) era un transportador de gas licuado o ligado a esta industria. Y el tercero era uno de los ferris que hace la ruta del Inside Passage. Este tercer caso merece ser destacado. No había habido ningún incidente hasta ese día, y además, al pertenecer a la compañía pública BC Ferries, siguen unas normas muy estrictas al detectar la presencia de ballenas.

¿Qué está pasando? ¿Cómo hemos pasado, en 20 años, de saltar de alegría cuando divisamos una jorobada a atropellar a tres en un mes? Posiblemente, se trate del éxito de la recuperación de la especie, con el aumento del tráfico marítimo a partir del transporte del gas licuado (LNG, desde Kitimat) y del turismo de cruceros. Alguien sobra, o alguien tendrá que pensar en cómo regular esa saturación, que por ahora, pagan las ballenas.

Un dato más. Las tribus indias locales, incluida la de Kitimat, reclamaron más medidas de protección para las ballenas. Pero también fueron muy receptivas a la llegada del gas licuado, que ha supuesto al creación de muchos puestos de trabajo para los jóvenes de la región. A veces resulta complicado combinarlo todo. El tiempo nos lo dirá.

Autor: Francesc Nolla

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